Hay muchas opiniones diferentes sobre el origen de este cante así como de su nombre:
* Casi todos los flamencólogos coinciden en que se trata de un cante gitano en su origen y en su desarrollo evolutivo ya que gitanos fueron los grandes intérpretes de la soleá. En lo que no se ponen de acuerdo es si procede de los primitivos bailes llamados jaleos y polos, de la caña o el polo y si éstos fueron anteriores o posteriores a ella.
* También se difiere en la etimología u origen del vocablo soleá. Algunos piensan que procede de la deformación idiomática de la palabra soledad por soleá y consideran que es un cante "de soledad" para alivio y acompañamiento de las faenas del campo. Otros, debido a la pluralización en "soleares", vinculan su origen con el sol, solar o solear referida esta última al soleo de algunos productos agrícolas (por ejemplo de las aceitunas). Alguno aventura que su origen pudo deberse a una cantaora llamada Soledad... En fin, teorías y especulaciones.
Los datos seguros que podemos ofrecer es que, en principio, era un cante concebido para acompañar al polo y otros bailes más antiguos. A partir de 1.870 aproximadamente, y debido al talento musical y creativo de algunos intérpretes, empieza a cantarse sólo y se va separando del baile.
Parece ser que fue La Andonda, amante de El Fillo, la primera que cantó por soleá; al menos la primera de la que se tienen noticias, y que, a buen seguro, contribuyó a la popularización del cante. Ahí quedó esa letra popular que hace referencia a la voz del Fillo y a los amores de ambos cantaores:
La Andona le dijo al Fillo:
¡Anda y vete, pollo ronco,
a cantarle a los chiquillos.
A finales del siglo XIX, Loco Mateo y sobre todo Juaniquí (Juan Moreno Jiménez, Jerez de la Frontera 1.862 - Sanlúcar de Barrameda 1946) consolidaron este género como cante para ser escuchado solo.
Sin embargo los grandes artífices del cante por soleá, tal y como lo conocemos hoy, fueron Mercé la Serneta (Jerez de la Frontera 1.873 - Utrera 1.912) y Joaquín el de la Paula (Alcalá de Guadiara 1.875 - 1.933)
Toque clásico de la guitarra y fraseo del saxo con la soleá de Alcalá:
"Los ojitos de mi cara
se me tenían que haber saltao
cuando puse mi queré
en quien mal pago m´ha dao"
Cuando canta se pone tan feo que asusta, y es que le sobra pasión, personalidad y compás. Miguel Flores, Capullo de Jerez, como le puso su madre por ser tan "pequeñito", canta, compone, interpreta, se baila a sí mismo y transmite todo lo que lleva dentro. Jerezano, nacido en el barrio de Santiago (1954), se ha criado entre flamencos, fiestas gitanas y bulerías. Cantaor puro, de los de siempre, los cantes festeros son su especialidad. Sin embargo, domina todos los cantes, incluso los más solemnes. Y aunque apenas se le entiende cuando habla, cuando canta se hace entender y tiene tanto sentido lo que dice, que hechiza hasta al más profano.
Como yo soy forastero
En esa calle me he paraito
Y yo pregunto
Quien es aquella gitana
Vestia de negro luto
María la ANDONDA, Morón de la Frontera, siglo xx. Cantaora.
Aparece en la relación de intérpretes que incluye Demófilo en su obra Colección de cantes flamencos, publicada en 1881, considerándola natural de Morón de la Frontera, lo que también atestigua la tradición oral.
Sin embargo, G. Núñez de Prado, que hace de ella una semblanza en su libro Cantaores andaluces, editado en 1904, la presenta como nacida en Utrera y toda una hembra de rompe y rasga, bebedora y pendenciera, llegando a decir de ella: «La navaja y el insulto eran sus inseparables, y tan claro y tan terminante aparecía su deseo de matar o de morir, tan resuelta se mostraba a jugarse la vida como una carga molesta, que llegó a inspirar un terror como el que puede producir una loba entre los corderos».
Tan exagerada es la descripción que el citado autor ofrece de La Andonda, que se convierte en increíble, por lo que tampoco se puede asegurar que las dos letras de soleares que le atribuye sean efectivamente de su repertorio, siendo de ambas la más cantada y popular la que a continuación transcribimos: Para yo volverte a hablá / es menester que te pongas / la banda de general.
Es opinión generalizada que fue una genial soleaera y que estuvo amancebada con El Fillo, así como que vivió habitualmente en el barrio sevillano de Triana.
No existen rastros fidedignos de su estilo, aunque Ricardo Molina sospecha «que muchos cantes de La Serneta conservan ecos de las soleares de La Andonda»
Manuel Vega García (n. Sevilla el 8 de febrero de 1906 - 6 de abril de 1937), más conocido como "El Carbonerillo", fue un cantaor de flamenco español.
Manuel Vega debutó en 1918 como cantante profesional en el Café Concierto Novedades de Sevilla, junto a otros cantaores como Pepe Pinto y Pepe Marchena.
El Carbonerillo fue un gran impulsor del fandango, siendo el creador de un estilo propio en el cante de este palo del flamenco. Para ello contó con la colaboración del guitarrista Niño Ricardo, con el cual realizó sus primeras grabaciones en formato de disco de pizarra. Posteriormente se hizo acompañar por el guitarrista Miguel Borrull.
El Carbonerillo incluía en su repertorio, además del fandango, otros palos del flamenco como las seguiriyas, las tarantas, los tangos o las soleares, si bien siempre fue el fandango el palo flamenco más interpretado por este cantaor y el que más fama le dio en el mundo del flamenco del primer tercio del siglo XX. Está considerado por algunos críticos como parte del plantel de artistas que conformaron la llamada "Ópera flamenca", entre los cuales se encuentran enumerados La Niña de los Peines, Manuel Vallejo o Pepe Marchena, entre otros.
En 1932 se desplazó a Madrid, donde actuó en el Teatro Fuencarral, y al año siguiente actuó en Algeciras durante toda una temporada. Finalmente, enfermó de tuberculosis y murió en Sevilla en 1937.
En 2006, conmemorando el centenario de su nacimiento, la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla celebró un homenaje a su figura.
José López-Cepero. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1888 - Madrid, 1960. Cantaor. Se jactaba de su precocidad en el cante: "Fui el más joven cantaor del siglo. Comencé a cantar a los ocho años". Se jactaba de muchas cosas: "Nadie puede imitarme, nadie en una juerga puede cantar después de mí, porque lo mío es inspiración". Fue llamado "poeta del cante" porque componía con gran facilidad las coplas que cantaba; alardeaba, por ejemplo, de que una comedia de los Quintero, que ellos tardaban ocho meses en componer, él la reducía en pocos momentos a una quintilla. Encabezó muchos carteles de la Ópera Flamenca, y se ha dicho que durante años fue el flamenco más cotizado. Sobresalió en fandangos, soleares y algunos otros estilos.
Sin duda, Juan Breva es el mejor cantaor malagueño de todos los tiempos. Destacó desde sus inicios en la interpretación de los cantes de su tierra, verdiales y bandolás. A partir de estas últimas, creó un estilo nuevo que se ha considerado como el origen de la malagueña actual, pero sin que puedan identificarse plenamente. Quizá lo más correcto sea hablar del nuevo cante de Juan Breva, aunque su importancia es tal que es casi imposible erradicar la expresión "malagueña de Juan Breva". Él mismo fue también el autor de algunas de las letras que cantó. De igual forma, en algunas ocasiones él mismo tocaba la guitarra para acompañarse.
Son varios hechos los que atestiguan la importancia de su cante: en Madrid cantaba cada noche en tres cafés distintos (El Imparcial, Barquillo y el teatro Príncipe Alfonso); por una cláusula de alguno de sus contratos debía ser pagado en oro; el propio rey Alfonso XII le llamaba para cantar en Palacio, pagándole en metálico y en alfileres regios para corbata e, incluso, llegó a asignarle una pensión vitalicia; poetas como Rubén Darío o Federico García Lorca han escrito versos inspirados en él.
A pesar de tanto éxito murió en la miseria, sin ni siquiera dinero para el entierro. Tras su muerte, su figura permaneció olvidada durante un tiempo. En la actualidad está totalmente restaurada y reconocida: en 1976 el festival flamenco anual de Vélez-Málaga fue bautizado con su nombre; en 1970 se levantó un monumento a su cante en su ciudad natal; varias peñas flamencas llevan su nombre, al igual que una calle. Finalmente, muchos cantaores le reconocen como uno de sus maestros
La Petenera es un cante con copla de cuatro versos octosílabos que al ser cantada se convierten generalmente en seis, por repetición de uno de ellos y el añadido de otro ajeno a la copla. Cante difícil, de entonación pausada, solemne, emotiva y a veces sentenciosa, revestido siempre de leyenda y al que se le atribuido que para los gitanos ha tenido siempre "mal fario". Por ello los cantaores calés han evitado cantarla e incluso oírla.
¿Cuál fue el origen de la petenera?. Si ya el mundo del flamenco está compuesto por un entramado de mitos y leyendas en el caso de este cante el misterio envuelve su raíz y parte de su desarrollo. Sebastián Estébanez Calderón en su "Fiesta en Triana" cita ciertas coplillas a quienes los aficionados llaman "perteneras" y dice que "son como seguidillas que van por el aire más vivo, pero la voz penetrante de la cantaora dábanles una melancolía inexplicable".
Es sabido que en Sevilla estaba de moda el cante por peteneras en el año l879 y, con posterioridad, las coplas populares por este estilo fueron muy conocidas en 1881, ya que en este año hubo una gran escasez de víveres y este hecho tuvo popular reflejo en los cantes por este estilo hasta tal punto que se bautizó dicha fecha como "el año de las peteneras", que tuvo su reflejo en la siguiente copla:
Del año de las peteneras
nos tenemos que acordar
que anduvo la Pura y Limpia
en el canasto del pan.
Hipólito Rossy, después de dejar sentado que "de la petenera se ha hecho más literatura que de todas las demás canciones que componen el folklore andaluz y levantino" afirma que "es errónea de que la petenera data del siglo XIX, ya que el ritmo y compás de este cante según el citado autor "se corresponde con el de algunas "villanescas" del siglo XVI, aunque hay indicios de que sea de época anterior, como el romance de Gerineldo (siglo XII ? ), en versión musical de Arcos de la Frontera". Y apoya su idea de la antigüedad de este canta en que los judíos sefarditas residentes en los Balcanes cantan la petenera entre su repertonio de "viellas" canciones de España, incluso con la popular copla que se refiere al nombre de la Petenera, la que le atribuye ser "la perdición de los hombres". Lógicamente, si los judíos de los Balcanes conocían el cante de la petenera era porque también lo conocían sus antepasados expulsados de España. Y concluye Rossy: Hay la creencia de que la petenera es cante de origen semita, lo que no sería nada de extrañar, pues muchos judíos fueron trovadores y juglares y entre estos se cultivó el cante popular". Parece abonar la posición de este autor la existencia de una letra de peteneras muy conocida, que refleja una escena de ambiente netamente judío:
¿Donde vas bella judía,
tan compuesta y a deshora?
Voy en busca de Rebeco
que estará en la sinagoga.
Para Arcadio Larrea, el supuesto de que el origen de la petenera es judío carece de fundamento. Para este autor la letra anteriormente transcrita demuestra un conocimiento absoluto de las costumbres judías ya que, por una parte Rebeco no aparece entre los nombres de barón judíos y por otra las mujeres judías no asistían a la sinagoga.
Otra teoría la procedencia hispanoamericana de la petenera, en base al contenido de determinadas letras de este cante, como , por ejemplo:
En La Habana nací yo
debajo de una palmera
allí me echaron el agua
cantando la petenera.
También se trata de apuntalar este teoría sudamericana de este cante en razón a la posible etimología, en base a su procedencia de Peten, comarca de Guatemala.
Demófilo reflejó en su conocida obra su criterio con relación al tema: "Aunque las peteneras no han estado de moda en Sevilla hasta el año 1879, convienen todos los cantadores en que son antiguaas y en que deben su origen a una cantaora de flamenco llamada La Petenera, a quienes unos hacen natural de Málaga y otros de La Habana. ¿Pero qué significa este mote o apodo de La Petenera, ya que no es nombre como el de Soledad, ni palabra que se encuentre tampoco en los diccionarios gitanos que conocemos?. He aquí una pregunta que podemos contestar satisfactoriamente, a nuestro juicio merced a los autorizados informes del célebre cantaor Juanelo. Petenera o Patenera, nos dijo éste, es igual a Paternera, esto es, natural de Paterna. Semejante afirmación es para nosotros digna de crédito: 1º, porque aunque algunos suponen que La Petenera era de Málaga, otros aseguran que era de la provincia de Cádiz; 2º porque en esta provincia hay efectivamente un pueblo llamado Paterna de la Rivera; 3º, porque la conversión de Paternera en Petenera es perfectamente explicable por razones eufónicas y muy creíble en una raza que convierte vidriera en beriera; 4º, porque la formación de adjetivo es común y corriente; así vemos de Triana, trianera; y 5º y último, porque Juanelo, que es muy entendido en cante flamenco y completamente veraz, no tenia interés en engañarnos acerca de la patria de La Petenera, a quién él mismo llegó a escuchar. La opinión que supone a esta cantaora nacida en Málaga carece de fundamento legítimo y la que la supone oriunda de La Habana no tiene otro apoyo que el , muy cómico, por cierto, que le presta el hecho de cantarse por lo común la petenera tan pícaramente, que más parece un punto de La Habana que un cante gitano".
Para José Blas Vega los orígenes e historia de este cante se prestan a grandes confusiones. La posición de este autor coincide esencialmente con la de Demófilo a que nos hemos referido anteriormente.. Según Blas Vega "este cante debe su origen a una cantaora de flamenco llamada La Petenera, que es igual a Paternera, es decir, oriunda de Paterena de la Ribera (Cádiz) ". Las razones en que fundamenta su postura Blas Vega son muy similares a las defendidas por Demófilo, añadiendo por su parte todos los datos que han proporcionado al tradición y la leyenda sobre la vida de la cantaora.
Si realmente existió La Petenera, es muy posible que fuese la creadora del cante que lleva su nombre, aunque también pudo conocerse el cante, venido de fuera de Andalucía, como hay autores que defienden esta idea, y encontrar en Paterna de la Ribera la persona que la hizo suya dándole a la vez el nombre. En las mismas coplas por este estilo se habla de su figura, como, por ejemplo, en la muy conocida de:
Quién te puso Petenera
no te supo poner nombre,
que debía haberte puesto
la perdición de los hombres.
La leyenda de La Petenera ha quedado reflejada en las coplas de este estilo, donde se refleja a esta figura como a unja mujer de fuerte personalidad y, en cuestiones amorosas, como una sembradora de desgracias, como nos cuentan algunas letras:
La Petenera malhaya
y quién la trajo a esta tierra,
que La Petenera es causa
de que los hombres se pierdan.
Su popularidad la acompañó hasta los últimos momentos de su vida:
La Petenera se ha muerto
y la llevan a enterrar.
No cabía por la calle
la gente que iba detrás.
Según Hipólito Rossy las peteneras se dividen en antigua y moderna y ésta se subdivide en corta y larga. La antigua, según este autor, no la canta nadie y solo la conocen los eruditos. En cambio, la corta , que es la más conocida, es muy fácil de cantar pasablemente y muy difícil de cantarla bien, aunque los cantaores flamencos la menosprecian y la cantan de cualquier manera, sin pene ni gloria. Por último, y según el citado autor, la petenera larga estaba casi olvidada hasta que la resucitó la "Niña de los Peines" (Pastora Pavón), teniendo pocos imitadores y seguidores debido a la dificultad de su canto. La más popularizada por la Niña de los Peines dice así:
Niño que en cueros y descalzo
vas llorando por la calle,
ven aquí y llora conmigo,
que tampoco tengo madre,
que la perdí cuando niño.
Fue en los años postreros del siglo XIX cuando Medina el Viejo (José Rodríguez Concepción) dio a conocer su versión de la petenera, que desde entonces fue unida a su nombre. Este cantaor alternó en los colmaos sevillanos con cantaores más jóvenes, que tomaron de él su versión de la petenera, entre ellos don Antonio Chacón, fiel divulgador de la versión de Medina el Viejo. Posteriormente la Niña de los Peines realizó una versión propia, en base al cante de Medina el Viejo y Pepe el de la Matrona ha dejado muestra discográfica de dicho cante.
En la segunda mitad del siglo XX pocos cantaores ofrecían en su repertorio este cante. No obstante, se puede citar como grandes intérpretes de esta época a Pepe el de la Matrona, Naranjito de Triana, Rafael Romero, Fosforito, José Menese y, sobre todo, La Niña de los Peines, la voz que engrandeció y popularizó este cante en todo el ámbito flamenco.
Matilde Corrales González "Matilde Coral" nació el 22 de Junio de 1935, en la Plaza de Chapina "surraque" trianero, tierra de alfareros.
Alumna de Adelita Domingo, Pastora Imperio y Eloisa Albéniz (madre). Dio los primeros pasos como bailaora en el "Cortijo El Guajiro" de Sevilla. Primera bailaora en el Tablao El Duende de Madrid, propiedad de Pastora Imperio y Gitanillo de Triana. Partenier de Alejandro Vega, Alberto Lorca y José Greco, viajando con las compañías por todo el mundo.
Alonso Núñez Núñez nació en Chiclana en 1945.Rancapino fue amigo y compañero de Camarón de la Isla en los tablaos gaditanos, donde los dos se iniciaron profesionalmente en el cante flamenco. Sin embargo, Camarón fue llamado por el camino de la renovación, mientras que Rancapino prefirió la expresión más ortodoxa del cante jondo, profundo y muy sentido al que acompaña bien su voz ronca, y la divulgación de su arte en Japón, donde ha realizado numerosas giras.
Su repertorio no es muy amplio, pero sus interpretaciones de seguiriyas, soleares, malagueñas y bulerías son memorables. Su discografía también es escasa, pero su carrera artística ha sido siempre muy sólida y constante. Es quizá uno de los cantaores que más ha actuado en Japón, donde ha realizado numerosas giras. En 1998 colaboró en el disco Jondo y apasionado del guitarrista y cantaor japonés Enrique Sakai. En 1977 ganó el Premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Córdoba.
Fernando Fernández Monje nació en 1934 en Jerez de la Frontera y murió en 1981
Terremoto de Jerez fue un cantaor heterodoxo, no porque quisiera innovar, sino porque, sin saber leer ni escribir, sólo podía expresarse a través de su cante. El hacer de su arte su único modo de expresión convierte su cante en el más jondo, que sale del corazón y expresa los sentimientos más profundos. Su maestría respondía sólo a la inspiración, sin técnica, sin medida del compás o del ritmo.
Quizá sea el cantaor más importante de Jerez en la segunda mitad del siglo XX. Se crió en el ambiente flamenquísimo del barrio de Santiago, donde empezó a cantar y bailar desde niño a cambio de unas monedas. Pero el arte también le venía de raza, puesto que estaba emparentado con las familias flamencas más notables de Jerez. Son las seguiriyas el cante que mejor supo interpretar Terremoto de Jerez.
La voz del cantaor jerezano Fernando Terremoto se apagó en la tarde de ayer. El hijo de Terremoto de Jerez, un mito del flamenco, falleció a los 40 años de edad como consecuencia de una larga enfermedad que no ha podido superar.
Grabó cuatro discos y ganó el primer premio de la Bienal de Sevilla en 1996
Esta misma semana la organización del XIV Festival de Jerez que se inaugura en la ciudad gaditana el próximo 26 de febrero suspendió la actuación del artista, prevista para el primer sábado del certamen, por su estado de salud. En el escenario iba a acompañarle a la guitarra Moraíto Chico, habitual acompañante del cantaor también jerezano José Mercé. Precisamente con Moraíto debutó Fernando Terremoto en el año 1989 en la peña jerezana Don Antonio Chacón.
Heredó el timbre de su padre y destacó en su carrera por una voz profunda de preciado eco. Brillaba en palos clásicos, como la soleá y la seguiriya.
Comenzó a la guitarra, pero pronto viró al cante. Tras su debut en Jerez, comenzó a actuar en festivales y peñas andaluzas hasta que dio el salto a Madrid. Uno de sus primeros espectáculos como solista, Arco de Santiago, lo creó para la Exposición Universal de Sevilla de 1992.
Se estrenó en la Bienal de Flamenco de la capital andaluza en 1994 y recibió el primer premio del prestigioso certamen dos años más tarde. Se consagró en 1998 con tres premios nacionales, que reconocieron su cante por seguiriya, soleá, martinete, bulería y taranto.
Tuvo tiempo de grabar de cuatro discos. Su cante ha trascendido al extranjero. Ha actuado en París, Toulouse, Marsella, Lyon, Amsterdam, Rotterdam, Amberes o Ginebra. También representó al país en la Expo de Hannover. La familia Terremoto perdió ayer uno de sus miembros insignes.
Estrella Morente Carbonell (Las Gabias, Granada, 1981), cantaora flamenca española. Proviene de la familia Morente, oriunda de la provincia de Granada. Su padre, Enrique Morente también cantaor y su madre Aurora Carbonell, bailaora, le han transmitido desde su infancia la esencia del flamenco.
El debut de Estrella como cantante tuvo lugar, con tan sólo 16 años en la Gala de presentación de los Campeonatos de Esquí Alpino de Sierra Nevada. Estrella ha cantado con grandes figuras tales como Chano Lobato. Además de sus grabaciones, ha participado en bandas sonoras de películas tales como Sobreviviré, con unas sevillanas, o Volver, de Pedro Almodóvar, con el tango del mismo nombre, de Carlos Gardel.
La cantante está casada con el torero Javier Conde con quien contrajo matrimonio el 14 de diciembre de 2001 en la basílica de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, y que a fecha de 2009, tienen dos hijos.
Uno de sus espectáculos más logrados fue estrenado en el Teatro Español de Madrid en octubre de 2005. Bajo el nombre de "Pastora 1922", la cantante recreaba en el escenario la noche del Primer Concurso de Cante Jondo celebrado en la Alhambra de Granada en 1922.
Joaquín Pedraja Reyes (Córdoba, 22 de febrero de 1969 - ), es un bailaor de flamenco y coreógrafo, nacido de una familia gitana.
De niño se va a Madrid, al barrio de Lavapiés. Comenzó sus estudios de danza en Madrid cuando tenía doce años.
En 1984, con quince años, es admitido como miembro del Ballet Nacional de España y al poco tiempo es ascendido a bailarín solista. Cortés viajó con esta compañía por muchas ciudades del mundo, bailando en teatros importantes como el Metropolitan Opera House de Nueva York y el Palacio de Congresos del Kremlin de Moscú.
Tras dejar el Ballet Nacional comienza su ascendente carrera bailando junto a reconocidas personalidades del mundo artístico de la danza, como son: Maya Plisetskaya, Silvie Guillen y Peter Schauffuss; también baila en el Festival T'ES MOCHE Flamenco de Verano en Tokio, varias galas en el Lincoln Center de Nueva York y, en el ballet Don Quijote (coreografía de Vicente Nebrada) con la compañía Ballet Teresa Carreño en Caracas, Venezuela. En esta época también creó la coreografía Carmen para la Arena de Verona.
En 1992 crea su propia compañía "Joaquín Cortés Ballet Flamenco". La primera producción de esta compañía, Cibayí, se presentó en Japón, Francia, Italia, Venezuela y Estados Unidos. En ese mismo año trabajó para Mecano, montándole la coreografía del tema Una rosa es una rosa para el Aidalai Tour, y apareciendo en el videoclip del mismo tema bailando en pareja con Ana Torroja.
Su segundo espectáculo, llamado Pasión Gitana, se estrenó en 1995 en el Teatro Albéniz de Madrid y contó con Giorgio Armani como diseñador de vestuario. Con este espectáculo realizó giras por Estados Unidos (1996), Latinoamérica (1997), Australia, Japón y Canadá (estos últimos en 1998), recorriendo más de treinta países. Más de un millón de espectadores acudieron a la obra.
Debutó en el cine con la película La flor de mi secreto de Pedro Almodóvar y después participó en la película de Carlos Saura Flamenco.
Cortés se traslada a Nueva York a principios de 1999 y comienza su colaboración con la coreógrafa Debbie Allen, con quien participa en la ceremonia de la entrega de los Premios Óscar.
Ese mismo año regresa a España y es invitado a participar en la apertura de los Mundiales de Atletismo de Sevilla. En octubre crea un nuevo espectáculo Soul, estrenado en el Teatro Tívoli de Barcelona.
En 2000 participa en otra película, Gitano, esta vez como protagonista. Al mismo tiempo va de gira internacional con su espectáculo Soul, presentándose en China, Inglaterra, Alemania y Sudamérica.
Cortés participa en la apertura del Festival de Viña del Mar 2001. Crea la producción Pura pasión, estrenado en Londres y pocos días después en el Teatro Tívoli de Barcelona estrena el espectáculo Live.También participó en el inicio del la gira de Jennifer López en Puerto Rico, y bailó con Alicia Keys el tema Fallin´ en los Grammys de 2001.
En marzo de 2006 estrenó Mi Soledad,espectáculo con el que sigue girando por el mundo. El 7 de julio de 2007 participará en la ceremonia de descubrimiento de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo junto a José Carreras y Dulce Pontes en el Estadio de la Luz de Lisboa.
Eva María Garrido nación en Frankfurt (Alemania) en 1970, a los 15 días de su nacimiento vuelve a la tierra de sus padres: Granada. Es aquí donde con tan solo 12 años comenzó a bailar con Enrique "El Canastero", Angustillas "La Mona", Mariquilla y Mario Maya. Tras estudiar arte dramático en Sevilla, se marcha a La Habana (Cuba) donde aprende coreografía de la mano de Johannes García.
En 1985 se produjo su salto profesional, cuando empieza trabajar en la compañía de Rafael Aguilar para el espectáculo "Diquela de la Alhambra". En 1987, trabajó con la Compañía de Paco Moyano en "Ausencia", "A tomar café" y "De leyenda".
A partir de 1990 colabora con artistas de la talla como Javier Latorre en "La Fuerza del Destino", con Manolete en "Amor Brujo", con Merche Esmeralda y Güito en "Mujeres" y con Joaquín Cortés en "Jóvenes Flamencos".
En 1997 aparece en el documental "Flamenco Women", del director británico Mike Figgis (autor de títulos como "Living Las Vegas"). Esa primera aparición en pantalla, la combinó con la creación de la coreografía del espectáculo "La garra y el Ángel".
En 1998 actuó en el City Center de Nueva York y en el Teatro Real de Madrid como artista invitada del Ballet Nacional de España, interpretando "A mi niña Manuela", esto causo el salto definitivo a los grandes escenarios de todo el mundo gracias a la creación de su propia compañía, con la que se presentó en la X Bienal de Flamenco de Sevilla para estrenar su primer montaje, "Eva"...
Fuente: Wikipedia
Eva "la yerbabuena" bailando por tangos en el documental"Flamenco women"dirigido por Mike Figgis 1997
El Funi, Enclavado en la familia más jonda de la tierra lebrijana, en la que conciernen figuras como Juan Peña "El Lebrijano", Pedro Bacán, Fernanda y Bernarda de Utrera, ve la luz en 1939 Miguel Peña Vargas, en el vasto seno de los Pinini, semillero de excelentes flamencos.
Miguel El Funi es un cantaor que ha estado envuelto durante toda su vida en el cante más tradicional de su tierra, motivo por el cual se le considera uno de los cantaores lebrijanos más puros y fiel a la tradición del cante flamenco de su familia. No obstante presenta un trazo personal en el cante y el baile por bulerías que siempre le ha distinguido entre otros, debido a que es un artista al que le gusta mucho improvisar y jugar con esos aires gitanos familiares.
Página oficial de Sara Baras
Nacida en San Fernando, donde comienza sus estudios de baile en la escuela de su madre, Concha Baras. Poco después, entra a formar parte del grupo Los Niños de la Tertulia Flamenca, con el que recorre los festivales flamencos de Andalucía.
A la edad de dieciocho años entra en la Compañía de Manuel Morao y actúa en el festival de Teatro Flamenco Alhambra 89 en Granada. Ese mismo año, obtiene el Primer Premio “Gente Joven” de TVE. En 1991, junto con esta compañía, actúa durante dos meses en el Teatro Eduard VII de París.
Mario Maya (Córdoba, 1937 - Sevilla, 2008). Bailaor
Coetáneo de Antonio Gades, tiene una significación paralela en la perspectiva histórica del baile español. La diferencia puede estar en el concepto. Maya es siempre esencialmente flamenco, siente lo jondo muy íntimamente en sus raíces. También ha hecho una carrera mucho más diversificada que la de Gades, pues mientras éste apenas ha bailado en otro marco que el escenario de un teatro, Maya pasó por la cueva de la zambra, la sala de fiestas, el tablao y, por supuesto, el teatro...
La Argentinita (nombre artístico de Encarnación López Júlvez) (Buenos Aires; 1895 - Nueva York; 24 de septiembre de 1945) fue una bailarina, coreógrafa y bailaora de flamenco hispanoargentina, hermana de la también bailarina y coreógrafa, Pilar López Júlvez.
Hija de inmigrantes españoles en Argentina, marchó a España con su familia de niña (1901). Su primera actuación en público fue con ocho años en el Teatro-Circo de San Sebastián. A partir de ese momento se la conoció por La Argentinita para distinguirla de la también célebre Antonia Mercé quien recibió el nombre de La Argentina. Después de recorrer España como niña prodigio, recaló en Madrid, trabajando en el Teatro La Latina, Teatro de la Comedia, Teatro de La Princesa, Teatro Apolo y el Teatro Príncipe Alfonso. Conjugaba el flamenco, el tango, las bulerías y los boleros, en una suerte de mezclas que resultaron una novedad en su época.
Su éxito la llevó a Barcelona y a Portugal, para recorrer luego América. A principios de la década de 1920 regresó de nuevo a España, trabajando en Madrid para retirarse momentáneamente en 1926. Su vuelta al espectáculo estuvo acompañada por una renovación artística que le unió a la generación del 27. Con piezas adaptadas a la tradición popular, recorrió Europa, triunfando en París y Berlín, y participó en los movimientos artísticos de la época, junto a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Edgar Neville o Ignacio Sánchez Mejías, el denominado torero intelectual, hombre casado y que fue su amante.
Con la llegada de la Segunda República formó su propia compañía de ballet y preparó las primeras coreografías: Las calles de Cádiz, Sevillanas del siglo XVIII, El Café de Chinitas, El rango del escribano y El amor brujo. En esta nueva etapa el espectáculo viajó por España y París, donde fue reconocida como una de las artistas más importantes del flamenco de todos los tiempos. En 1931 había grabado un disco de canciones poulares, titulado Colección de Canciones Populares Españolas, acompañada al piano por Lorca, que había preparado los textos. La compañía de La Argentinita contaba con figuras del flamenco de la talla de Juana la Macarrona, La Malena, Fernanda Antúnez, Rafael Ortega y Antonio de Triana, que fue su pareja de baile hasta la década de 1940, siendo sustituido primero por Federico Rey, y después por José Greco.
Al terminar su periplo por España, llevó el espectáculo a América, espoleada también por la muerte en 1934, a causa de una cornada, de Sánchez Mejías. Amplió el repertorio de obras y cosechó en 1936 un notable éxito en Nueva York. Durante la Guerra Civil Española ya hubo de huir, viajando por Marruecos (Casablanca), París, Londres, Países Bajos, Bélgica y, finalizada la guerra, permaneció en el exilio en Estados Unidos. En 1943 presentó en el Metropolitan Opera House de Nueva York el cuadro flamenco El Café de Chinitas, con coreografía propia, textos de Lorca, decorados de Salvador Dalí y la orquesta dirigida por José Iturbi. Será el 28 de mayo de 1945 cuando realizó su última interpretación, también en el Metropolitan. Al término de la función, enferma, ingresó en un hospital donde fallecería en septiembre.
Entre los honores que recibió tras su fallecimiento se encuentra una placa en el Metropolitan Opera House, y las medallas de Alfonso X El Sabio y la Orden de Isabel la Católica.
Se esforzó por dar al baile flamenco una autenticidad basada en la reciedumbre y la virilidad. Su estilo popularizó el flamenco, ya que no se había visto hasta entonces un baile tan puntero y artístico.
En su Decálogo del buen bailarín, de 1951, Vicente Escudero deja claro lo que el consideraba fundamental para su estilo de bailar:
1. Bailar en hombre.
2. Sobriedad.
3. Girar la muñeca de dentro a fuera, con los dedos juntos.
4. Las caderas quietas.
5. Bailar asentao y pastueño.
6. Armonía de pies, brazos y cabeza.
7. Estética y plástica sin mistificaciones.
8. Estilo y Acento.
9. Bailar con indumentaria tradicional.
10. Lograr variedad de sonidos con el corazón, sin chapas en los zapatos, sin escenarios postizos y sin otros accesorios.
Durante sus mejores tiempos entró en fuerte contacto con el arte vanguardista de su tiempo, en la literatura y la pintura: cubismo, surrealismo, dadaísmo... ísmos por los que se deja influir en su baile.
El cante de La Macanita (llamada así por su padre, El Macano) es el de la tradición jerezana; cante puro y flamenco, gitano, tradicional, sin concesiones a ningún elemento ajeno. Domina tanto los palos festeros como los solemnes, pero donde más destaca su maestría es en la soleá, las seguiriyas y los villancicos. Precisamente, es un villancico lo que interpreta en la película 'Flamenco' de Carlos Saura. También tiene varios discos dedicados a este género y ha participado en algunos espectáculos navideños.
Su voz ronca y flamenquísima ha sonado en algunos tablaos, el madrileño Zambra, entre ellos. Ha recorrido España con importantes éxitos y ha estado también presente en los festivales internacionales donde suenan las voces más importantes. El éxito y reconocimiento con el que cuenta La Macanita, a pesar de su juventud, no sorprende si se tienen en cuenta sus inicios precoces: con sólo cuatro años apareció cantando y bailando por bulerías en la serie televisiva 'Rito y Geografía del Cante'. Después participó en otras compañías, entre ellas la de Manuel Morao, y actúo en tablaos flamencos, hasta que Manolo Sanlúcar la seleccionó para su disco 'Tauromagia' y se convirtió en una joven promesa que en poco tiempo se hizo realidad.
Mayte Martín no es, ni quiere ser, cantaora flamenca en exclusiva, aunque reconozca que su origen es el flamenco, al que llegó escuchando los discos de su padre. De igual forma y al mismo tiempo se acercó a los boleros y se propone grabar otras músicas a lo largo de su carrera musical. Siempre le ha tenido ganas a la copla.
Ya llevaba tiempo cantando en las peñas flamencas de Barcelona, cuando se dio a conocer al ganar en 1987 la Lámpara Minera en el Concurso Nacional de Cante de Las Minas (La Unión. Murcia, España). Como cantaora, guitarrista y compositora está más cerca del purismo, donde encuentra su referente y su inspiración, que de la fusión o del nuevo flamenco. Quizá lo más justo sea decir que busca el equilibrio entre renovación y tradición. Igualmente su estilo es sobrio y sencillo, pero repleto de intensidad y calidez.
En su acercamiento a otras músicas, Mayte Martín ha grabado dos discos de boleros. Uno con el pianista de jazz Tete Montoliú (Freeboleros, 1996) y otro con Moncho (Quédate conmigo, 1999).